Trazando las raíces y los ritmos: La historia del Danzón

Trazando las raíces y los ritmos: La historia del Danzón

El Danzón, conocido como la “Danza Nacional de Cuba”, es mucho más que un género musical: es una historia rítmica de migración, fusión cultural y resiliencia.

Sus raíces se remontan a la contradanza del siglo XVIII, una danza formal europea compuesta en tiempo binario con secciones musicales repetidas. Nacida en el Reino Unido y adaptada en Francia como la cuadrilla, la contradanza llegó al Caribe a través de movimientos coloniales y migraciones. Un punto de inflexión clave fue en 1791, cuando la Revolución Haitiana obligó a muchos colonos franceses a huir a Cuba, especialmente a la provincia de Oriente. Con ellos trajeron orquestas de cuerdas, expresiones artísticas y, por supuesto, la contradanza.

Una vez en Cuba, esta danza europea se transformó gracias al contacto con los ritmos africanos y las expresiones locales, dando paso a la habanera y a la danza criolla—precursores de lo que hoy conocemos como el Danzón. Este rico proceso de fusión cultural es lo que el antropólogo cubano Fernando Ortiz llamó “transculturación”.

A mediados del siglo XIX, el Danzón ya existía como forma musical y como danza, especialmente entre las comunidades negras de Matanzas. Estas primeras expresiones incluían danzas grupales vibrantes y coreografiadas, frecuentemente interpretadas en comparsas carnavalescas, con antorchas llenas de flores.

En 1879, el músico cubano Miguel Faílde presentó oficialmente el Danzón en el exclusivo Liceo de Matanzas con su ya emblemática pieza Las Alturas de Simpson. Aunque en un inicio fue criticado—como muchas danzas de parejas cercanas de la época—el Danzón fue ganando aceptación y en 1887 fue declarado Danza Nacional de Cuba.

El género siguió evolucionando. En 1910, José Urfé introdujo la sección del “montuno”, una parte más animada e improvisada que permitía mayor libertad en el baile. Más adelante surgió el danzonete, creado por Aniceto Díaz en 1929 con Rompiendo la Rutina, que fusionaba el Danzón con estilos vocales del son cubano.

Con el tiempo, el Danzón influenció y dio paso a otros géneros musicales cubanos como el bolero, el mambo y el chachachá. Fue un hilo musical que unió el paisaje sonoro cambiante de toda una nación.

Incluso en el siglo XXI, artistas continúan innovando dentro del género. En 2018, el Maestro Bobby Ramirez compuso La Reinita de Ritmo! Danzón, introduciendo un nuevo elemento estructural: la Cadenza. Este segmento, libre de ritmo o patrón musical definido, presenta solos de flauta improvisados, demostrando que incluso un género centenario puede reinventarse.

Aunque el Danzón ha perdido visibilidad en la Cuba contemporánea, sigue vivo en México y en círculos culturales del extranjero. Como bien dijo la antropóloga cubana Dra. Mercedes Cros Sandoval:
“Rescatar el Danzón es rescatar a Cuba.”

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RITMO! Danzón es una marca del Instituto Folklórico Cubano Americano que incluye su orquesta musical con un componente de danza, fundada por el músico, flautista, compositor, arreglista y productor cubano, el Maestro Bobby Ramírez; y su directora, presentadora, coreógrafa de escena y danza, y diseñadora de vestuario, la Dra. Glenda Mujer Esperanza, Phd.

Nuestra misión: con la bendición de Dios Padre, es rescatar el clásico danzón de salón cubano; preservar, educar, promover y celebrar las ricas tradiciones del danzón y la contradanza a través de intercambios culturales de música y folclore, talleres de danza, conferencias y espectáculos interactivos de danza para todas las edades.

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